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¿PASA EL EXÁMEN EL CLIMA LABORAL EN ÉPOCA DE COVID-19?

Actualizado: 19 abr 2020

Percepción sobre el traslado del lugar de trabajo.


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A fuerza, muchos nos vimos avocados a trasladar el sitio de trabajo a nuestras casas, situación que ha llevado beneficios económicos para muchos, traducidos en la reducción en costos de desplazamiento y de alimentación en establecimientos públicos; sin embargo, ha sido una situación insostenible para otros tantos.


Antes de comenzar a exponer algunas situaciones con las que de seguro muchos nos sentimos identificados, quiero empezar clarificando dos cositas:


1. Muchos tuvimos que trasladar nuestros puestos de trabajo a casa, cambiando el lugar de la prestación personal del servicio, esto no significa que sea "teletrabajo", porque el teletrabajo está regulado por la Ley 1221 de 2008 y Decreto Reglamentario 884 de 2012. Entonces trabajo en casa, no teletrabajo.


2. Muchas personas fueron despedidas de sus empleos o sus contratos entraron en periodo de suspensión, sin embargo hay empresas cuyo músculo financiero o fuente de ingresos les permitió continuar a cargo del pago de los costos laborales que acarrea el sostenimiento de su recurso humano, entonces no es un periodo de vacaciones por cuanto aquellos que estamos trabajando desde casa debemos seguir cumpliendo nuestro contrato laboral, lo que incluye estar DISPONIBLES.


Bien, entrando en materia, el clima laboral se ve seriamente lesionado con este traslado de domicilio del puesto de trabajo debido a factores relacionadas con el entorno atípico que era propio del fin de semana y que ahora se ha convertido en el domingo más extenso de las últimas décadas, me explico... la mascota, los niños pequeños, las decisiones frente al menú del almuerzo, los problemas de convivencia propios de unir un matrimonio más allá de las horas acostumbradas, etc. La salud mental cobra un rol protagónico y de su adecuado manejo depende el equilibrio emocional que debemos tener para trabajar desde casa.


Ir a la oficina era la ruta de escape de muchas personas, los problemas de casa se hacían más manejables con el distanciamiento obligatorio y propio de la jornada laboral, pero ahora se debe convivir con dos tipos de decisiones todo el tiempo: por un lado las decisiones de la empresa de la cual derivamos nuestro sustento y por el otro, las decisiones de esa empresa llamada hogar.


Las relaciones entre compañeros de trabajo igualmente han aportado a este desequilibrio emocional porque "A los del área administrativa siempre nos toca trabajar, en cambio esos de despachos están mirando para el techo porque como no se está vendiendo", "Yo acá liquidando la nómina, trasnochando y la de compras debe estar pegada al Netflix, claro, pero toca pagarle, nada que hacer", y muchas otras frases y suposiciones que distorsionan el objetivo individual del cumplimiento del objeto contractual y que pueden llevar a problemas de convivencia serios. Al respecto, debemos entender que esta es una situación que no le había tocado a nadie en dos generaciones hacia atrás y por ende no existe un manual que indique los procedimientos sobre cómo debemos afrontarla.


A muchos les está ocurriendo que el jefe quiere ejercer control del tiempo en que la nalga hace contacto con la silla ubicada frente al computador, entonces su llamada coincide con la parada obligatoria a orinar y esos minutos de tardía respuesta se convierten en la sospecha de la ausencia de laboriosidad. En este sentido salen a relucir dos tipos de personas, aquellas que quieren quedar bien con sus superiores y por iniciativa propia ejercen este tipo de controles, pasando por alto el enfoque hacia los objetivos (Quejas por montones de los mandos medios de las Big Four que operan en Colombia, los Sénior específicamente) y aquellas cuya tarea no nace de la iniciativa sino delegada por un superior que desea seguir ejerciendo control, pasando por alto que el trabajo debe ir ligado a un objetivo y no al consumo de horas... ¡Qué el trabajo sea benéfico para todos y no se convierta en un grillete!.


Somos afortunados quienes hemos logrado conservar nuestros trabajos y contratos de prestación de servicios, sin embargo esto debe ir de la mano de la dignidad humana. En mis anteriores notas indiqué alternativas para evitar los despidos masivos y aprovecho para agradecer a la gente de emprendemos, cableados estructurales integrales y la fundación manos abiertas por sus palabras de agradecimiento por mi consultoría, sin embargo les reitero que es mi trabajo y que la decisión gerencial de suspender los contratos laborales y entregar un auxilio de sostenimiento y un bono canasta quincenal a sus trabajadores, logra en parte ese equilibrio donde se asume entre todos parte de la pérdida ocasionada por esta situación que nos afecta a todos, no se abandona al recurso humano a su suerte y se mantiene el negocio en marcha durante un buen tiempo.


Pienso que se están dando pasos agigantados hacia la consolidación del trabajo desde casa y del teletrabajo en el mundo, pero esto viene necesariamente de la mano de la buena actitud y de la disponibilidad. Definitivamente nuestras costumbres cambiarán mucho una vez el mundo supere la amenaza del COVID-19, el exámen por lo pronto se reprueba pero como decía mi papá: "el hombre es un animal de costumbres", entonces el tiempo irá afianzando estas nuevas formas, las cuales solamente subsistirán si la mentalidad cambia y adoptamos la tolerancia como una habilidad laboral y personal y no como una opción.






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